Madre descuartiza a sus dos hijas en Honduras,
Noticia real, Honduras, noviembre 2019
He perdido la cordura, no reconozco el rostro pequeño de mis hijas ni la voz de ellas gritando en los al rededores de la casa , no me reconozco en los espejos ni en el reflejo del agua clara.
He olvidado mi nombre, puedo llamarme, Sofia, Eleonor, Lizeth, Virginia, no sè còmo me llamo.
He olvidado el nombre de mis hijas, su sombra tambaleante como duendes debajo de los árboles o de los sofàs. A nada le temo cuando estoy sola en la casa. O pueda que a veces me vuelva loca. Dibujo cuerpos desnudos en las paredes , jeroglíficos que jamás entiendo, me veo al espejo y no sè quièn soy. Tengo la mirada dilatada.
Y el corazón es un puñado de abejas que pican con rabia.
El insomnio tiene meses y meses de volverme loca, no sè què significa la noche, no, no es ningún pájaro oscuro, no es ninguna moneda cubierta de sombra de algún árbol o de alguna cosa màs grande.
Les juro, vivo sola, no tengo hijas, no tengo familia, no tengo marido . –Nada sè yo del tiempo y de los relojes.
Las niñas, me llaman madre, me llaman, madre, me llaman madre, yo las sigo viendo como sombra, como polvo, como gatos salvajes que estorban la casa, pienso en la muerte, y dibujo la muerte con una piedra, con un cuchillo. El cuchillo es perfecto.
Veo sus cuerpos, les abrazo, mis hijas, y vuelvo a pensar en la muerte con cuchillo en mano, les hago pedazos, y ya no soy madre y ya no tengo hijas
© Karen
Karen M Valladares
Tomado del poemario En mi una cicatriz.
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