martes, 28 de febrero de 2012

La poesía fue mi redención en el mundo: José Luis Quesada

Fotografí: Ariel Sosa.

TOMADO DE EL HERALDO
13 de febrero de 2012

Tegucigalpa, Honduras

José Luis Quesada tiene un secreto largamente guardado: “El hombre que regresa”. Hace varios años aparecieron algunos poemas de ese libro en una singular sección literaria de este diario, pero la obra completa aún no ha sido publicada, aunque eso está a punto de remediarse, según nos ha dicho el mismo poeta en varias ocasiones. Ha publicado cinco libros de poesía y uno de cuentos, donde la poesía también está por todas partes. Pocas veces en Honduras el lenguaje coloquial, la gran literatura mundial y la intensidad expresiva han coincidido en un trabajo de tanta calidad como el de Quesada.

En esta entrevista para EL HERALDO, el escritor nacido en Olanchito, Yoro, responde con palabras reveladoras y a veces duras, tanto que harán estremecer a más de algún aprendiz de poeta e incluso a poetas consumados. Esto fue lo que nos dijo:

Muchos escritores se quejan de que en el país no hay condiciones que les permitan dedicarse plenamente a escribir, sin tener que buscar otros medios para ganarse la vida. ¿Tener estas condiciones influiría positiva o negativamente en sus obras? ¿Por qué?

Respecto a que no existen las condiciones para un escritor, un poeta, no solo es en Honduras. Por lo general las condiciones, las posibilidades, se les presentan a escritores que tienen una larga trayectoria y que por lo tanto algunas puertas se les empezaron a abrir después de años de escribir y de darse a conocer, pero para un escritor que se inicia en cualquier medio es difícil. No crean que solamente es en Honduras; claro, aquí estamos hablando de niveles casi pedestres, donde el escritor no vive sino que sobrevive, pero siempre es difícil iniciar, en cualquier país del mundo, en este tipo de oficios siempre encuentra uno muchos escollos. Pero existe una cosa que es difícil de contener y es el talento y la voluntad de un escritor de dar a conocer su obra. El talento, su vocación, lo impulsa a vencer cualquier obstáculo que exista, eso es lo fundamental. Muchos escritores mediocres son los que más se quejan del medio, de que no hay condiciones, pero a veces es que no hay condiciones en ellos mismos, no cuentan con la vocación, con ese talento, con esa confianza de que hay algo que decir, de que otros también quieren recibir esto que uno quiere dar. Uno no está pensando en cuántos lectores tendrá, uno está pensando que quiere comunicar algo y que del otro lado del libro hay otro ser humano que quiere escuchar lo que nosotros queremos decir.

Dice Eliot que Ezra Pound “podó” su libro “Tierra baldía”. En sus inicios como poeta, ¿tuvo usted algún mentor que hiciera algo similar?

No, yo no tuve a nadie con quien hablar que me pudiera orientar como yo hago con la gente joven. Pero tuve la poderosa intuición de dejarme orientar por los escritores que leía, uno de ellos es Ezra Pound. Con él aprendí cosas como la importancia, lo trascendente y serio que es el oficio de ser poeta. Ser poeta no es una bagatela, no es ser un bohemio, no es andar vestido de un modo o de otro, no es hacer escándalos injustificados… es una condición existencial. Ser poeta es algo que hay que tomar con mucho cuidado porque es una de las cosas con las cuales se forma a las personas. El papel de la poesía en el ser humano es discreto, no se ve, pero es extraordinariamente poderoso, aunque no hayan leído literatura, porque está en el aire y cuando este espíritu está en el aire, la gente lo capta y lo manifiesta y lo expresa. He observado, por ejemplo, que la propaganda de productos ha variado mucho, sus anuncios ya son mucho más poéticos, comunican mejor. Los nombres de los productos comunican algo que es poesía, porque los que están creándolos ya entendieron que todo es recreación y poesía, porque el lenguaje mismo es poesía.

¿Esto de la publicidad no es una banalización de la poesía?

¡No!, que sea banalización o no no nos interesa, porque también en la misma poesía hay banalización de la gran poesía. Hay grandes y extraordinarios poetas que no son para un gran público y hay poetas menores que tienen un mayor público, y hay poetas casi cursis que son leidísimos y que tienen cosas casi buenas, incluso buenas. José Ángel Buesa, por ejemplo, un poeta que usted puede llamar banal o trivial, pero que es extraordinariamente leído, incluso ganó dinero con su poesía, y a mí me gusta su poesía, aunque no alcance las cimas de un Pablo Neruda, un Eliot, un Octavio Paz. Como decía Joaquín Gutiérrez, un profesor mío en la universidad de Costa Rica, hay escritores de un talento tan grande que llenan mares, otros lagos, otros lagunas, otros llenan un dedalito, pero es de miel pura y eso importa también. Más bien esas cosas invitan a los poetas a ponerse a trabajar porque se dan cuenta de que les están pisando los talones y que cualquier anuncio comercial puede ser mejor que ellos en un momento determinado. Yo no sé de dónde están copiando, pero cuando yo veo un anuncio de un churro, que dice “con queso acelerado”, ja, ja, ja… ¿no es excelente? ¿No es fabuloso? ¿No hay poesía allí? “Nacho atrevido”. Hay creatividad allí.

Por lo menos hay adjetivación insólita. Claro que lo hay, es que no hay que menospreciarlo. Es el mismo componente expresivo de los narradores de fútbol, en los que de repente usted encuentra una imagen que realmente dice esto no corresponde al fútbol, sino a la poseía, pero qué bien expresa lo que ellos quieren reflejar en el momento. La poesía no es una cosa tan aislada como se cree, esa es la noción elitista, pero no es que no esté al alcance el placer estético que tienen derecho a disfrutar las personas, porque el ser humano, si lo ve bien, está dividido en tres partes: somos alma, cuerpo y espíritu, y la cultura tiene la obligación de llenar esas partes del hombre, la estética, espiritual y física. El hombre es un ser integral y lo único que lo puede integrar realmente es la cultura.

Sobre el volumen “La voz convocada”, Helen Umaña dice que sus poemas “ostentan una cosmovisión sombría, quizá atraído por la órbita gravitacional de Nelson Merren”. ¿Qué tanta es la influencia de este poeta en su obra?

Poéticamente no mucha. La influencia de Merren en mí fue de reconocimiento, convergíamos en un punto: él era un poeta verdaderamente moderno, contemporáneo en Honduras, y eso es lo que yo buscaba, lo que yo estaba tratando de hacer. Sinceramente, fue el único poeta con el que logré identificarme en cuanto a mis aspiraciones de contemporaneidad y modernidad, de una literatura completamente distinta, porque aun ahora, después de Merren y mi poesía, no han logrado los jóvenes llegar a esta cima, no han entendido cuál es el aporte de Merren y el mío a la poesía. La coloquialidad que Merren expresa es la coloquialidad que yo quisiera que manejaran los jóvenes y la mayoría de los poetas, pero finalmente se dejan llevar por un lirismo y trivialización de la poesía que confunden con coloquialidad, y un intelectualismo de tercera mano, porque no manejan los recursos de un planteamiento intelectual elevado, no se han realmente fusionado con esas grandes cimas de la literatura, como Proust, Faulkner, de Pound y Eliot. Merren se parece mucho en varias cosas conmigo. A él le gusta el soneto y lo primero que le llevé para que conociera lo mío fueron 14 sonetos, que es un género que sigo cultivando y que pienso publicar ahora, porque soy un poeta maduro y nadie me va avergonzar por decirme que escribo con rima.

¿Y Roberto Sosa tiene influencia sobre usted?

No es que yo quiera vanagloriarme, ¡pero ninguna! Las influencias mías son tan variadas y vienen de tantas partes que ni se distinguen y están en mis poemas menos buenos. No sé si me explico, pero en mis poemas fundamentales no hay nada que tenga que ver con Roberto Sosa, y puedo decir que él no alcanzó ciertas cimas en cuanto a calidad estructural del poema. Roberto nunca intentó, por ejemplo, como yo sí lo hice, un poema de personajes, como está en el “Rumor de la piedra”, donde me propuse que estuviera el ambiente dentro del poema, que se sintiera, como en los cuentos, el calor, el lugar donde estamos, en Tegucigalpa, que vamos en un bus apretados entre Belén y la Kennedy. Roberto nunca hizo ese tipo de cosas. Los personajes múltiples que hay en mis poemas, eso no lo ha hecho nadie en Honduras, tengo que decirlo ahora, con mucha modestia, después de mucho tiempo de que lo hice, hace 30 años… Solo Merren se acerca a eso, porque él tenía un agudo sentido de lo que es la poesía contemporánea y moderna, que lo captó de donde tenía que captarlo, de donde yo lo capté, de Whitman, de los poetas norteamericanos, de Cummings, de Carlos Williams. Aquí dieron muchas vueltas los poetas, se fueron por Benedetti, yo también anduve por allí, por esa poesía que yo consideraba ya en aquel tiempo de muy bajo nivel, fuera Benedetti u otro, porque yo sabía dónde estaba colocado literariamente.

Un chisme literario cuenta que alguna vez Sosa evitó que usted ganara un premio. ¿Es cierto esto?

Lo que pasó fue que el voto suyo a favor mío, y él bien sabía que el libro era mío, me habría favorecido. Mejores poetas que él votaron por mí. Cuando digo mejor no es peyorativo, me refiero a poetas más conocidos en el momento y universalmente, como Ángel González, el gran poeta español de la generación del 50. Al final ganó un mal libro de una uruguaya cuyos poemas son pésimos; al comparar, hoy que han pasado 20 años, nadie le va a hacer justicia al poeta Sosa por no haber votado a mi favor.

¿Pero no es posible que Sosa solo pretendiera ser objetivo?

¡No! Roberto Sosa, y esto lo dije siempre y lo seguiré diciendo, hizo más daño que bien a la poesía hondureña. Él siempre se opuso y se enemistó con los poetas más jóvenes que él. Aquí no hay un solo poeta que hoy tenga mi edad, que en aquel entonces éramos más jóvenes que él, que no haya tenido problemas con Roberto Sosa. A todos los juzgó, de todos hizo chiste, de todos hizo mofa. En el extranjero siempre dijo que aquí nunca hubo poetas, que el único era él, y no daba direcciones absolutamente de nadie en Honduras, y si alguien le caía mal lo excluía de las antologías que hacía; yo soy uno de esos excluidos de sus antologías. Hay también personas que él dejó fuera una vez que se enemistaron, como Rigoberto Paredes. cuando estaban de amigos no hubo ningún problema, se entendían literariamente, pero cuando hubo conflicto entre ellos, por esa condición que tenía el poeta Sosa de que no había nadie más que él en el universo, de Honduras, desde luego, a Rigoberto también lo excluyó de las antologías. Es muy penoso que un poeta pueda ser tan egoísta y no pueda abrirles camino a los demás, por lo menos con una actitud diferente.

Hay una novela inédita suya que el tiempo ha vuelto mítica, conocida en círculos literarios como “El mundo de la mandarina”. Una vez le mencioné este nombre y usted me dijo que le agradaba y que la llamaría así. ¿Está terminada esta novela? ¿Piensa publicarla? ¿Es cierto que cuando se lo mencioné decidió ponerle ese nombre?

Ja, ja, ja. Valdría la pena que me preguntara si realmente existe también, ja, ja, ja. En realidad sí existe, yo tengo una copia manuscrita. Lo que pasa es que la dejé olvidada hace ya casi ocho años más o menos…

¿Dónde la olvidó usted?

No, si tengo una copia en la casa. Y en efecto, yo le había llamado “La casa de la mandarina”, pero era título provisional, pero un día me preguntaste si se llamada “El mundo de la mandarina” y dije no, se llama “La casa de la mandarina”, pero me gusta más “El mundo de la mandarina”, y en efecto, si la llego a publicar se va a llamar “El mundo de la mandarina” porque es mucho más sugerente, mucho más hermoso.

Hace poco me dijo un escritor joven que los poetas tienen temperamento melancólico. ¿Está de acuerdo con esto?

Yo creo que hay muchos temperamentos y a veces pueden ser melancólicos y otras veces pueden ser alegres, no hay condición fija para ser poeta. La única condición es el talento y el talento es el que va a jugar con esos estados melancolía, alegres o exaltados. Eso no tiene nada importante, eso más bien parece una aberración. Si un muchacho piensa estar melancólico toda la vida para escribir, se va a morir. Esa es una actitud romántica, es una realidad que ya pasó y se le llamó la enfermedad romántica. Muchos poetas, incluso Juan Ramón Molina, fueron capturados por ese espíritu. Otra cosa hubiera sido Molina si se hubiera revelado en su corazón que podía ser el gran poeta latinoamericano, porque lo es de Honduras, si hubiese sido capaz de sustraerse a ese espíritu de la melancolía que tenía, y de la filosofía que leyó, porque él confiesa que se envenenó con filosofía en su poema “Madre melancolía”, y con los venenos de la literatura, porque tomó más de los venenos de la literatura que de la bienaventuranza, de los dotes de fortaleza y esperanza que la literatura puede transmitir.

¿Recuerda está pregunta que hizo en uno de sus poemas: Y la gente que no lee poesía, qué hace para vivir? Si le tocara a usted responderla, ¿qué diría?

¡Lo mismo¡ Yo encontré una respuesta. En el mundo, como dijo Wallace Stevens, la poesía fue mi redención, pero en el encuentro con Dios yo encontré mi verdadera y completa redención. Ahora soy libre, yo ya no necesito que la poseía me redima, porque me redimía para el mundo en el momento que yo necesitaba una redención natural, del hombre, cuando no sabía a dónde iba… y no sé a dónde van todavía los que no tienen poesía, porque sin Dios y sin poesía no se puede vivir. Hoy, gracias a Dios, yo tengo las dos, estoy completo, y la final son la misma cosa, la belleza es de Dios y yo encontré al dueño de la belleza, estoy completo.

“Tegucigalpa es una res quemada viva”. Este verso es genial, suscita sensaciones visuales y olfativas, entre otras cosas. ¿Qué hizo Tegucigalpa para merecerlo?

Tegucigalpa hizo para merecerlo tener una alcalde como el de hoy. Yo no nací en Tegucigalpa, pero la amo, me gusta caminar por ella y no puedo porque hay rocas en medio de las aceras; una persona con mínimos problemas de vista, como yo, no puede tener el placer de caminar ya por estas calles. Sigue siendo una res quemada viva por culpa de los presidentes municipales, porque no han sabido ni siquiera hacer de un centro tan pequeño un lugar de recreo maravilloso. La hubieran dejado como antes mejor, con sus ladrillos, azulejos, que le daban aspecto típico, señorial, y carácter, y no esas plastas de cemento que andan arrancadas y no sirven para nada.

¿Por qué todos sus libros de poesía tienen por nombre versos de otros poetas? ¿Son homenajes? ¿Señalan la influencia que signa el libro?

Sí, están señalando mis preferencias. No tanto que estén signando el contenido del libro, sino mi ubicación, mi tendencia en la literatura y mi gusto literario. Y también a la postre es un homenaje a estos poetas que a mí a lo largo del camino me han gustado. Sin embargo, en “Porque no espero nunca más volver” mi intención era bien clara al respecto, este es el mensaje que nunca entendieron, porque allí estoy dando a conocer mi punto de vista sobre la poesía: yo puse dos citas, porque mis libros empiezan por las citas, una de Eliot y una de Guido Cavalcanti, estoy uniendo un poeta contemporáneo y un poeta clásico porque eso es realmente lo moderno, cuando se unen ambos.

Allí está dicho lo que voy a escribir aunque no lo haya escrito. Mi último libro se llama “El hombre que regresa”, donde el círculo se cierra... siempre es ver la vida como un viaje, los círculos se cierran y se abren de nuevo para seguir viviendo, para seguir escribiendo. Ese libro escrito entre los 18 y 19 años expresa ya mi visión de poeta.

viernes, 24 de febrero de 2012

Entrevista a Karen Valladares, por Emilia Guzik, estudiante de la Szkoła Wyższa Psychologii Społecznej en Varsovia

Estudiantes de la clase de literatura latinoamericana de la universidad de Szkoła Wyższa Psychologii Społecznej en Varsovia  tuvieron el trabajo de buscar autores de habla hispana, con el objetivo de hacerles una pequeña entrevista y la traducción de 2 poemas. En este caso quien me entrevisto  fué EMILIA GUZICK

Acá les dejo la entrevista y la traducción



Urodziła się 13 marca 1984 roku w Hondurasie. Poetka, pisarka, animatorka kultury i adwokatka. Ukończyła prawo na Uniwersytecie Honduraskim (UTH). Założycielka ruchu literackiego Poetas del Grado Cero, a także członkini narodowego stowarzyszenia honduraskich pisarzy i ruchu Oporu Artystów przeciwko zamachowi stanu w Hondurasie. Wiersze publikowała w wielu gazetach i czasopismach Hondurasu, Peru, Chile, Meksyku, Salwadoru, Nikaragui, Boliwii. Wydała dwa zbiory wierszy: „Ciudad Inversa” i „Ninguna Tarde Azul”. Ma na koncie liczne warsztaty dotyczące zarówno literatury, jak i praw człowieka. Wspólnie z mężem Jorge Martinezem wydaje czasopismo literackie „Metafora”.



Karen Valladares nació en 13 de marzo de 1984 en Honduras. Es poeta, escritora, gestora cultural y abogada. Terminó la facultad de derecho en la Universidad Hondureña (UTH). Miembro fundador del movimiento literario Poetas del Grado Cero y también miembro de la asociación nacional de escritoras de Honduras y del movimiento Artista en Resistencia contra el golpe de Estado de Honduras. Poemas publicados en diferentes diarios y revistas de Honduras, Perú, Chile, México, El Salvador, Nicaragua, Bolivia. Sus libros publicados: "Ciudad Inversa" y "Ninguna Tarde Azul." Conferencista de talleres diversos de literatura, derechos humanos en el país. Coeditora junto a su esposo, Jorge Martínez, de la revista de literatura "Metafora."




ENTREVISTA

Emilia Guzik: ¿Cuántos años tenía cuando escribió su primer poema?
He escrito desde que estaba en la escuela, pero empecé con cuentos, hice muchos. Ya cuando crecí y comencé a leer pues me gustó más la poesía, no recuerdo a los cuántos años escribí mi primer poema. Quizá entre los 12 y los 15.

¿Cómo nace su inspiración?
Me inspira todo, más que todo lo urbano, la simplicidad de las cosas, lo nauseabundo, la belleza y todo lo que me rodea y lo que no me rodea.

¿Qué es lo que influyó en su decisión de ponerse a escribir?
Siempre leí poesía, y cada vez escribía poemas, casi a diario pero al inicio lo hacía como un hobby, desde hace como 10 años a la fecha lo hago de una forma más conciente y más profesional y con un compromiso mayor.

¿Hay poemas que le gustan más que los otros?
Si se refiere a poemas de mi obra, claro hay unos que me gustan más que otro. Eso es indiscutible.

Escribiendo los poemas ¿quería dar los consejos a los lectores o amonestarles?
Yo escribo con la única intención de hacerle ver al lector que hay muchas formas de ver las cosas, aunque a veces cuando escribo no pienso tanto en que si gustaran o no al lector.

Me gustó mucho su poema “Sigo viva”. Puede decirme ¿qué quería expresar diciendo que “la vida para mí sólo era un juego de niño, un ir y venir sin propósito?”
En mi etapa de niñez y adolescencia pasé por muchas cosas, cosas que ahora en algunos poemas pueden ver reflejados en cómo era una niña, no tenía ningún propósito o no le encontraba gracia a mi vida.


AL POLACO


Ile miała Pani lat, gdy napisała Pani swój pierwszy wiersz? 

Pisałam będąc jeszcze w szkole, ale zaczęłam od opowiadań i napisałam ich naprawdę dużo. Kiedy dorosłam i zaczęłam więcej czytać, większe zainteresowanie wzbudziła we mnie poezja. Dokładnie nie pamiętam momentu napisania swojego pierwszego wiersza, być może stało się to między 12 a 15 rokiem życia.

Co jest Pani inspiracją?

 Inspiruje mnie wszystko, najbardziej miasto, prostota rzeczy, to, co powoduje mdłości, piękno, otaczający mnie świat, ale również to co nienamacalne i niewidzialne.

Co zdecydowało, że zaczęła Pani pisać?

 Od zawsze czytałam poezję i za każdym razem pisałam wiersze, prawie codziennie. Na początku traktowałam to jak hobby, ale od 10 lat robię to bardziej świadomie, profesjonalnie i z większym zobowiązaniem.

Czy są wiersze, które lubi Pani bardziej, niż inne?

 Odnosząc się do moich wierszy, oczywiście, że są takie, które w porównaniu do innych podobają mi się bardziej. Nie da się zaprzeczyć.

Czy pisząc wiersze chce Pani doradzać czytelnikom, czy też może ich pouczać? 

Piszę wiersze w celu spojrzenia w głąb czytelnika. Istnieją różne sposoby postrzegania rzeczy, mimo że czasem nie przywiązuję zbytnio wagi do tego, czy wiersze spodobają się czytelnikowi, czy też nie.

Bardzo poruszył mnie wiersz pod tytułem „Sigo viva” („Nadal żyję”). Czy mogę spytać, co chciała Pani przekazać mówiąc, że „la vida para mí sólo era un juego de niños, un ir y venir sin propósito” („życie dla mnie było jak dziecinna zabawa, chodzenie tam i z powrotem bez celu”)?
Etap między dzieciństwem a dorastaniem był okresem, kiedy wiele się wydarzyło w moim życiu. W moich wierszach staje się to odzwierciedleniem dziecka, którym byłam, dziecka nie mającego żadnego celu i któremu nie podobało się własne życie.


textos


POEMAS/WIERSZE


Przyjdź mamo, opowiedz mi bajkę.
Mamo przyjdź, opowiedz mi bajkę.
Opowiedz o tym świecie, którego jeszcze nie znam,
którego imienia nie poznałam ani dotykiem nie wyczułam jego sylwetki.

Przyjdź mamo, powiedz mi czy to prawda, że istnieją wróżki,
chochliki, czarownice,
i zaczarowane lasy.

Przyjdź mamo, opowiedz mi bajkę.

Powiedz mi mamo, czy to prawda,
że są kraje cudowne,
że wszystko jest fantazją
i można zaczarować wszystko
pstryknięciem palców.

Opowiedz mi mamo;
bo umieram z ciekawości,
jeszcze potrwa to 7 miesięcy zanim go ujrzę.
To bardzo długo mamo.
Opowiedz mi o wszystkim,
o wojnach,
rewolucji;
opowiedz o bohaterach i poezji,
naucz mnie muzyki i sztuki
i sprawiedliwości mamo.

Przede wszystkim sprawiedliwości.

Mamo przyjdź, opowiedz mi bajkę na dobranoc,
żeby marzyć
i rozwiązać wszystko,
tworząc inną historię,
inny wiersz.

Przyjdź mamo,
Przychodź co wieczór
i śpiewaj mi kołysanki,
abym mogła śnić szczęśliwie za każdym razem kiedy cię usłyszę.

(tłum. Emilia Guzik)

Vení mamá, contame un cuento

Mamá vení, contame un cuento.
Hablame de ese mundo que aún desconozco,
que aún no sé su nombre ni he palpado su silueta.

Vení mamá, decime si es cierto lo de las hadas,
de los duendes y brujos,
y bosques encantados.

Vení mamá, contame un cuento

Decime si es cierto, mamá,
que hay países maravillosos,
que todo es fantasía
y se puede hacer magia
con sólo sonar los dedos.

Contame mamá;
me muero de curiosidad
y aún me faltan 7 meses para verlo.
Es mucho tiempo mamá.
Contámelo todo,
hablame de las guerras,
de la revolución;
hablame de héroes, de poesía,
enseñame de música y de arte,
y de justicia mamá.

Sobre todo justicia.

Mamá vení, contame un cuento, para dormirme,
para soñar
que puedo resolverlo todo,
creando una historia diferente,
un poema diferente.

Vení mamá,
vení todas las noches,
y cantame una canción de cuna
para soñar feliz cada vez que te oiga.



Nikt nie widział śmierci.
Nikt nie widział jej nadejścia.
Nikt nie wyczuł jej kroków.
Nikt nie słyszał jej drżącego i ciemnego głosu.
Nikt nie widział jej sylwetki w korytarzu i na ścianach
nikt nie widział jej leżącej na łóżku
i nikt nie widział jak odchodziła
trzymając jedno z nas w objęciach.


(tłum. Emilia Guzik)

Nadie vio la muerte
Nadie la vio venir.
Nadie sintió sus pasos
nadie escuchó su voz temblorosa y oscura.
Nadie vio su silueta en los pasillos y en las paredes
nadie la vio postrada en una cama
tampoco nadie la vio irse
con alguno de nosotros en sus brazos.




Nadal żyję.
Próbowałam popełnić samobójstwo.
Nadal żyję przez wszystkie moje nieszczęścia,
notując resztę mojego życia w zakurzonym notesie.
Życie dla mnie było jak dziecinna zabawa,
chodzenie tam i z powrotem bez celu.

Posmakowałam nicości, nauczyłam się patrzeć do wewnątrz,
znikać i czuć niszczejącą samotność.
Stawać się bezużyteczna kiedy tylko chciałam,
w nic nie wierzyć,
nienawidzić ulewnych deszczy
i zgiełku słońca.
Nienawidziłam wrzasku dzieci bawiących się na przerwie,
schludności szpitali, parków
i ulic zapełnionymi ludźmi.
Zażywałam szaleństwa przez całe moje życie.
Wchłonęłam wszystko co pozostało.
Być może szaleństwem jest moje imię.
Próbowałam popełnić samobójstwo.
Śmierć rzuciła kostką i nie miała szczęścia.
Nadal żyję,
żyję,
żyję.
(tłum. Emilia Guzik)

Sigo viva
Intenté suicidarme.
Sigo viva por todas mis desgracias,
anotando los restos de mis días en una libreta polvosa.
La vida para mí sólo era un juego de niños,
un ir y venir sin propósito.

He saboreado la nada, aprendí a contemplarme,
a desvanecerme, a sentir pudrirse la soledad.
A verme inútil todas las veces que quise,
a no tener fe en nada,
a odiar los aguaceros
y el bullicio del sol.
Odié por completo el griterío de los niños en los recreos,
la pulcritud de los hospitales, los parques
y las calles completamente habitadas.
Consumí la locura en todos mis tiempos,
absorbí lo que no le quedaba.
Ahora mi nombre quizá sea locura.
Intenté suicidarme.
La muerte lanzó los dados y no tuve suerte.
Sigo viva,
viva,
viva.



Aquí el blog donde está la entrada original y otros poetas traducidos, aún faltan por colocar a varios de los nuestros, como a Jorge Martínez Mejía, Jessica Isla, Mayra Oyuela.



http://versoversuswiersz.blogspot.com/2012/02/karen-valladares-1984.html

martes, 7 de febrero de 2012

Fotos del recital JOSÉ LUSI QUESADA




 Dale click en:
Arde como fiera, Livio Ramirez


El recital poético y homenaje JOSÉ LUIS QUESADA se realizó ante la presencia de un extraordinario público capitalino y un excelente clima en Tierra Libre. Tuvimos la fortuna de contar con la moderación de la reconocida escritora María Eugenia Ramos y la lectura de los poetas Jessica Sánchez, Mayra Oyuela, Karen Valladares, Magdiel Midence, Jorge Martínez Mejía, y el acompañamiento musical de la banda Los Solistas. José Luis Quesada mostró los últimos trabajos de su libro inédito Hombre que regresa.

 La sorpresa de la noche fue la presencia del reconocido poeta Livio Ramírez quien saludó efusivamente a Pepe Luis, señalando el agradecimiento de los escritores hondureños por su aporte a las letras del país.
Livio Ramírez se unió a la mesa de lectura para compartir sus poemas en una lectura memorable.
 
Fué realmente un honor compartir la mesa con nuestros poetas.
El movimiento literario Poetas del Grado Cero declaró al Poeta Pepe Luis Quesada POETA PREDILECTO.
Jorge Luis Quesada reafirmó que vivir sin poesía es un error.

A continuación algunas imágenes del recital.

 

Fotografías: Gustavo Campos

miércoles, 1 de febrero de 2012

Wislawa Szymborska

Para vos poeta, que te dió tanto la vida, está canción.

 Wislawa Szymborska (Kórnik, Poznan, 1923) es poeta y ensayista. Vive en Cracovia desde 1931. Estudió Literatura Polaca y Sociología en la Universidad Jagiellonian. Con su primera publicación “Busco la palabra” en 1945, seguida de “Por eso vivimos” en 1952 y “Preguntas planteadas a una misma” en 1954, logró situarse en los primeros planos del panorama literario europeo. “Apelación al Yeti” en 1957, “Sal” en 1962,“En el puente” en 1986, “Fin y principio” en 1993 y “De la muerte sin exagerar” en 1996, contienen parte de su restante obra. Ha merecido reconocimientos como el Premio del Ministerio de Cultura Polaco 1963Premio Goethe 1991, Premio Herder 1995  y Premio Nobel de Literatura 1996.  Recibió además el título de Doctor Honorífico de la Universidad Adam Mickiewicz en Poznan, 1995.


Agradecimiento

Debo mucho
a quienes no amo.

El alivio con que acepto
que son más queridos por otro.

La alegría de no ser yo
el lobo de sus ovejas.

Estoy en paz con ellos
y en libertad con ellos,
yeso el amor ni puede darlo
ni sabe tomarlo.

No los espero
en un ir y venir de la ventana a la puerta.
Paciente
casi como un reloj de sol
entiendo
lo que el amor no entiende;
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.

Desde el encuentro hasta la carta
no pasa una eternidad,
sino simplemente unos días o semanas.

Los viajes con ellos siempre son un éxito,
los conciertos son escuchados,
las catedrales visitadas,
los paisajes nítidos.

Y cuando nos separan
lejanos países
son países
bien conocidos en los mapas.

Es gracias a ellos
que yo vivo en tres dimensiones,
en un espacio no-lírico y no-retórico,
con un horizonte real por lo móvil.

Ni siquiera imaginan
cuánto hay en sus manos vacías.

"No les debo nada",
diría el amor
sobre este tema abierto.

De "El gran número" 1976     
Versión de Abel A. Murcia



 

La habitación del suicida 
Seguramente crees que la habitación estaba vacía.
Pues no. Había tres sillas bien firmes.
Una lámpara buena contra la oscuridad.
Un escritorio, en el escritorio una cartera, periódicos.
Un buda despreocupado. Un cristo pensativo.
Siete elefantes para la buena suerte y en el cajón una agenda.
¿Crees que no estaban en ella nuestras direcciones?
Seguramente crees que no había libros, cuadros ni discos.
Pues sí. Había una reanimante trompeta en unas manos negras.
Saskia con una flor cordial.
Alegría, divina chispa.
Odiseo sobre el estante durmiendo un sueño reparador
tras las fatigas del canto quinto.
Moralistas,
apellidos estampados con sílabas doradas
sobre lomos bellamente curtidos.
Los políticos justo al lado se mantenían erguidos.
No parecía que de esta habitación no hubiera salida,
al menos por la puerta,
o que no tuviera alguna perspectiva, al menos desde la ventana.
Las gafas para ver a lo lejos estaban en el alféizar.
Zumbaba una mosca, o sea que aún vivía.
Seguramente crees que cuando menos la carta algo aclaraba.
Y si yo te dijera que no había ninguna carta.
Tantos de nosotros, amigos, y todos cupimos
en un sobre vacío apoyado en un vaso.



 


Un gato en un piso vacío 

Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.

Se oyen pasos en la escalera,
pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.

Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.

Se ha buscado en todos los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.

Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.




La mujer de Lot



Tal vez miré hacia atrás por curiosidad.

Pero además de curiosidad pude tener otras razones.

Miré hacia atrás porque me dio tristeza la escudilla de plata.

Por distracción: amarrándome el cordón de la sandalia.

Para no mirar más la nuca justa

de mi marido, Lot.

Por la seguridad repentina de que si yo muriera,

él no se detendría

Por la desobediencia natural de los humildes.

Escuchando cómo nos perseguían.

Conmovida por el silencio, pensando que Dios cambiaría de idea.

Nuestras dos hijas se perdían ya tras la colina.

Sentí la vejez en mí. El alejamiento.

Lo inútil de viajar. Sueño.

Miré hacia atrás mientras ponía mi hatillo en el suelo.

Miré hacia atrás preocupada por el siguiente paso.

En mi camino aparecieron serpientes,

arañas, ratones de campo y polluelos de buitre.

Ni buenos, ni malos; simplemente lo vivo, todo,

brincaba y se arrastraba por un temor colectivo.

Miré hacia atrás por soledad.

Por la vergüenza de huir a escondidas.

Por las ganas de gritar, de regresar.

O porque justo entonces se soltó el viento,

desató mi pelo y me levantó el vestido.

Sentí que me veían desde los muros de Sodoma

y se morían de risa, una y otra vez.

Miré hacia atrás llena de rabia.

Para gozar plenamente su ruina.

Miré hacia atrás por todas las razones mencionadas.

Miré hacia atrás sin querer.

Fue sólo que una roca giró gruñendo bajo mis pies.

Que una grieta de pronto me cortó el paso.

En la orilla un hámster agitaba las patas delanteras.

Y entonces ambos miramos hacia atrás.

No, no. Yo seguí corriendo, arrastrándome y trepando

hasta que la oscuridad cayó del cielo,

y con ella grava ardiendo y aves muertas.

Por falta de aliento varias veces perdí el equilibrio.

Si alguien me hubiera visto, pensaría que bailaba.

Es posible que haya tenido los ojos abiertos.

Que haya caído mirando hacia la ciudad.




 Cálculo elegíaco

Cuántos de los que he conocido
(si de verdad los he conocido)
hombres, mujeres
(si esta división sigue vigente),
han atravesado este umbral
(si esto es un umbral),
han cruzado este puente
(si se puede llamar puente).

Cuántos después de una vida más corta o más larga
(si para ellos en eso sigue habiendo alguna diferencia),
buena porque ha empezado,
mala porque ha acabado
(si no prefirieran decirlo al revés),
se han encontrado en la otra orilla
(si se han encontrado
y si la otra orilla existe).

No me es dado saber
cuál fue su destino
(ni siquiera si se trata de un solo destino,
y si es todavía destino).

Todo
(si con esta palabra no lo delimito)
ha terminado para ellos
(si no lo tienen por delante).

Cuántos han saltado del tiempo en marcha
y se pierden a lo lejos con una nostalgia cada vez
mayor.
(si merece la pena creer en perspectivas).

Cuántos
(si la pregunta tiene algún sentido,
si se puede llegar a la suma final
antes de que el que cuenta se cuente a sí mismo)
han caído en el más profundo de los sueños
(si no hay otro más profundo).

Hasta la vista.
Hasta mañana.
Hasta la próxima.
Ya no quieren
(si es que no quieren) repetirlo.
Condenados a un interminable
(si no es otro) silencio.
Ocupados sólo con aquello
(si es sólo con aquello)
a lo que los obliga la ausencia.

De "Fin y principio" 1993       
Versión de Abel A. Murcia





 Del montón

Soy la que soy,
casualidad inconcebible
como todas las casualidades.
Otros antepasados
podrían haber sido los míos
y yo habría abandonado
otro nido,
o me habría arrastrado cubierta de escamas
de debajo de algún árbol.
En el vestuario de la naturaleza
hay muchos trajes.
Traje de araña, de gaviota, de ratón de monte.
Cada uno, como hecho a medida,
se lleva dócilmente
hasta que se hace tiras.
Yo tampoco he elegido,
pero no me quejo.
Pude haber sido alguien
mucho menos personal.
Parte de un banco de peces, de un hormiguero, de un enjambre,
partícula del paisaje sacudido por el viento.
Alguien mucho menos feliz
criado para un abrigo de pieles
o para una mesa navideña,
algo que se mueve bajo un cristal de microscopio.
Árbol clavado en la tierra,
al que se aproxima un incendio.
Hierba arrollada
por el correr de incomprensibles sucesos.
Un tipo de mala estrella
que para algunos brilla.
¿Y si despertara miedo en la gente,
o solo asco,
o sólo compasión?
¿Y si hubiera nacido no en la tribu debida
y se cerraran ante mí los caminos?
El destino hasta ahora ,
ha sido benévolo conmigo.
Pudo no haberme sido dado
recordar buenos momentos.
Se me pudo haber privado
de la tendencia a comparar.
Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera,
lo que habría significado
ser alguien totalmente diferente.





Descubrimiento

Creo en el gran descubrimiento.
Creo en el hombre que hará el descubrimiento.
Creo en el terror del hombre que hará el descubrimiento.
Creo en la palidez de su rostro,
la náusea, el sudor frío en su labio.

Creo en la quema de las notas,
quema hasta las cenizas,
quema hasta la última.

Creo en la dispersión de los números,
su dispersión sin remordimiento.

Creo en la rapidez del hombre,
la precisión de sus movimientos,
su libre albedrío irreprimido.

Creo en la destrucción de las tablillas,
el vertido de los líquidos,
la extinción del rayo.

Afirmo que todo funcionará
y que no será demasiado tarde,
y que las cosas se develarán en ausencia de testigos.
Nadie lo averiguará, no me cabe duda,
ni esposa ni muralla,
ni siquiera un pájaro, porque bien puede cantar.

Creo en la mano detenida,
creo en la carrera arruinada,
creo en la labor perdida de muchos años.
Creo en el secreto llevado a la tumba.

Para mí estas palabras se remontan por encima de las reglas.
No buscan apoyo en ejemplos de ninguna clase.
Mi fe es fuerte, ciega y sin ningún fundamento.


De "Fin y principio" 1993       
Versión de Gerardo Beltrán

 


Mientras escribo

  Mientras escucho este playlist (194) Relaxing Soul Music ~ lets share music ~ Chill Soul Songs Playlist - YouTube Escribo sumergida en el ...