Imágen
Presiento el dolor,
la soledad, el frío de mi cuarto. El frío de mi cuerpo desnudo a media noche,
pensando en vos; aquella canción de fondo que alguna vez pensé en dedicarte y
que escucho cientos de veces para no olvidarte del todo. Abro los ojos y ya no
es de noche.
La espera se
desliza en mis manos como el último verso.
Presiento que no se
nada de vos estos días, no se cómo se dice tu nombre, no se cómo andan tus
pasos sin los míos. Todo esto apesta, apesta como a muerto en descomposición.
Si pudiera desaparecerlo todo con un chasquido de dedos, si pudiera fingir que en realidad nada de
esto me importa. La ausencia, la lejanía, mi cuerpo vacío. Pienso en todo y
digo: geometría del dolor, similitud de las cosas, otra vez enfermedad
terminal, insectos dentro del cuerpo, gusanos, mariposas en el estomago,
vómito, asco, preñez, orgasmo, silencios rotundos. Y el presentimiento de un
próximo dolor que me asfixia.
@Karen Valladares, tomado del poemario: Ninguna tarde azul