C. Lispector
Escribo para no pertenecer a la sombra, para no ignorar la luz que explota en las afuera de la ventana, para no ver de reojo la neblina a las 4 de la madrugada, para obviar al frío sin que escriba tu nombre desde mis pies hasta el centro de mis pechos.
Escribo para que la soledad no sea la causante de mi suicidio próximo mientras escucho a Mozart o algún vals de Strauss, alguna canción o melodía de piano o violoncelo, sigo sola a esta hora de escritura –
La tristeza no la provoca la lluvia, la tristeza no la provoca la ausencia del amado o este tal ves si la provoca, todo entra en duda. El dolor, insisto, puede ser de otras formas. Exiliarnos en el cuarto donde el insomnio es el fantasma que nos carcome y nos vuelve mariposa sin vuelo.
Nuestro vuelo apenas parpadea, el dolor, insisto puede ser de otras formas.
Escribo cada vez que el aguacero refleja la palidez de la ventana, cada vez que la noche el silencio me hace romper las páginas el silencio es entonces, una mancha en esa página.
Tomado del poemario Ninguna tarde azul
©Karen Valladares dar click al siguiente enlace para escuchar audios.-
Los vals màs hermosos
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