Canto a la neblina
I
Se rompe la neblina, querido.
Y acá la ausencia es una bala que razga las cuerdas vocales.
Acá la desnudez se pronuncia sola.
- No hay moneda, querido, para lanzarla al aire mientras el orgasmo explota en la punta de mis dedos
II
Se rompe la neblina, querido,
Con ella escribo tu cuerpo sobre mi cuerpo y no permito que ningún pájaro parpadee ante su caída
Después de crucificar su vuelo
- pero no somos esos pájaros, querido-
A penas somos el suspiro del deseo olvidado ese que se vuelve un tango fúnebre cuando pronunciamos la muerte .
I
Se rompe la neblina, querido.
Y acá la ausencia es una bala que razga las cuerdas vocales.
Acá la desnudez se pronuncia sola.
- No hay moneda, querido, para lanzarla al aire mientras el orgasmo explota en la punta de mis dedos
II
Se rompe la neblina, querido,
Con ella escribo tu cuerpo sobre mi cuerpo y no permito que ningún pájaro parpadee ante su caída
Después de crucificar su vuelo
- pero no somos esos pájaros, querido-
A penas somos el suspiro del deseo olvidado ese que se vuelve un tango fúnebre cuando pronunciamos la muerte .
III
Se rompe la neblina,querido,
Y la mañana es un tigre que abandona sus rayas incoloras, sus colmillos que marcan la piel donde tantas veces te he pronunciado.
Somos nada ahora querido
Ambos en rutas opuestas
Donde no podemos tocar ni la lluvia ni el mar ni la última distancia que ahora se convierte en un árbol abandonado atrás de la casa.
Se rompe la neblina,querido,
Y la mañana es un tigre que abandona sus rayas incoloras, sus colmillos que marcan la piel donde tantas veces te he pronunciado.
Somos nada ahora querido
Ambos en rutas opuestas
Donde no podemos tocar ni la lluvia ni el mar ni la última distancia que ahora se convierte en un árbol abandonado atrás de la casa.
©Karen Valladares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario