El dolor puede ser precisamente eso, no el sollozo, no la voz
que tirita,
No el llanto que raspa la pupila, no la media luz en la
ventana, la desnudez que desea la mano fría o tibia , la mirada temblorosa.
La espera, la caída y no precisamente por el vértigo de estos
días.
La piedra que se lanza, el viento que empeña los vidrios.
El café frio, la cocina sola, yo sola. Pertenezco a lo
que me llama.
El dolor puede ser precisamente eso, la lluvia en septiembre,
por la noche
De madrugada donde más duele y más te recuerdo.
El olor a canela, la falda que flota con el viento, la
musiquita de fondo,
Las pláticas hasta quedarnos dormidos ( ya nada hay de eso)
El dolor puede ser precisamente eso, y no este silencio, y no
este manojo de palabras que sé que jamás llegaran a vos. Y sabrás que todavía
lloro.
Tomado del poemario Ninguna tarde azul
Todos los derechos reservados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario