A: Edgardo
Florian
Vos eras la
ciudad, poeta.
No ví nunca
el miedo reflejado en tu rostro.
No ví nunca
tristeza alguna que vos pronunciaras con tal claridad.
Si, sabemos
que moriste cuando murió tu madre.
Ahí te
perdimos poeta.
Ya eras solamente
vos y tu ciudad
Encontrarnos
era un poema declamado de memoria
Había que
dedicarte tiempo para escucharte
Había que
saber encontrarte, poeta.
Y es que,
esta ciudad se volvió una bestia rugiente
Y vos, escribías
esos ruidos nocturnos en cualquier papel
En cualquier
cuaderno,
Vos conocías
el miedo, conocías la desolación,
El incienso
que ofrecías era el olor de tus ojos
La ciudad
en ellos.
Vos eras la
ciudad, poeta,
Vos eras el
descaro y la máscara, y lo oculto.
La desconstrucción
del lenguaje cotidiano
La desconstrucción
del amor y la soledad
Qué había
cuando estabas en tu casa, poeta.
A quién le
escribías tus versos.
El amor en
vos, qué era. Poeta.
Hablar del desasosiego
Del suicidio,
de la muerte, vos sabías qué era la muerte, poeta.
e
Vos
cruzaste esa línea, poeta,
Ya no hay
quien ofrezca el secreto de los inciensos
Ni quien
ofrezca los rincones mas ocultos de la venta de libros de 2da
La ciudad
se volvió un jardín imaginario.
Karen Valladares
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