Abuela agoniza lento, su mente
confunde los nombres de sus hijos no puede abrir los ojos
El olor a café, es permanente, es
invierno, pero en casa todos hemos olvidado la lluvia.
El llanto es el símbolo de su despedida,
abuela ha enmudecido y su cuerpo inerte yace sobre la cama , vuelve a llover , nosotros
lloramos. Nos consolamos en un abrazo. Llueve fuerte, las ventanas se iluminan
con los relámpagos, los niños tienen miedo.
Los niños no pueden dormir, los
perros hacen su respectivo escándalo , sigue lloviendo.
Abuela agoniza, el dolor rompe su
garganta, llama a sus muertos y los recibe, nos da miedo.
Su cuerpo tiembla, su boca tiene ampollas,
su cuerpo lleno de hematomas no resiste
las jeringas. Nosotros aùn lloramos, no aceptamos su agonía, su cuerpo ha
perdido el color, ha perdido el movimiento, llueve, pero nosotros ignoramos la
lluvia.
©Tomado de ninguna tarde azul
©Karen Valladares
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