Se me apaga tu cuerpo entre las manos
tan despacio.
Josefa Parra
Decir tu nombre es una catástrofe.
Es un sonido
explosivo en mi boca.
Chasquido de dedos arrugados por el frío.
El sonido de una ola de mar embravecido.
Vuelo roto de un
pájaro sin rumbo.-
Sospecho tu ausencia;
cicatriz abierta,
murmullo allá bien a lo lejos.-
Me voy y tu nombre tirita en mi boca;
me voy y tu nombre se desliza por mi entre pierna,
me voy y todavía no puedo decir completo tu nombre.
Me voy y no puedo decir nada, me tiembla la voz.-
me voy y todavía no puedo decir completo tu nombre.
Me voy y no puedo decir nada, me tiembla la voz.-
en mi cuerpo desnudo hambriento de ti.-
Me voy viendo la silueta desdibujada de tu espalda
y pensar que esto no duele, y no lastima, y no importa,
aunque se me descuaje cada vertebra;
aunque recuerde la
terrible ausencia en tus ojos.
Tus ojos son ahora una partitura desafinada;
página en blanco.
Punto y aparte.
Cuerpo humedecido.
Nada de esto debo decir,
no se me ocurre otra cosa,
Más que pensar en tus ojos,
decir tu cuerpo desnudo es otra catástrofe
decir estos pechos diminutos no son míos, pero si tuyos.
Decir tus ojos es una herida abierta.
Decir, mi cuerpo, decir mi espalda abandonada por tus manos.
Decir mis piernas abiertas y clítoris erecto y húmedo y tu tan lejos, tan ausente.
Decir, tan sólo decir, decir cualquier cosa que se parezca a
ti , será la destrucción completa de mi voz.
@Karen Valladares
Tomado del libro: Ninguna tarde azul.
Tomado del libro: Ninguna tarde azul.
No hay comentarios:
Publicar un comentario