
Fotografìa: Propiedad del autor
Oriette D’Angelo
(Caracas, Venezuela, 1990). Estudió Derecho en la Universidad
Católica Andrés Bello (UCAB). Participó en el Taller de Poesía
del Instituto de Creatividad y Comunicación (ICREA, 2011) a cargo de
Eleonora Requena. Es Coordinadora Creativa de la revista electrónica
Sorbo de Letras y creadora del sitio de entrevistas y selección de
textos Digo.Palabra.txt. Ganadora del Concurso para obras de Autores
Inéditos de Monte Ávila Editores (2014), con su poemario
Cardiopatías.
Obtuvo una mención en el Concurso Literario Nacional e Internacional
“Palabras sin fronteras” (2013) de Bruma Ediciones (Argentina).
Sus poemas aparecen en diversas antologías, entre las que destacan
Bordes
del caos,
de Bruma Ediciones (Argentina) y ¿Acaso
esta atrocidad es el centro de todo?,
de Stillness & Blood Press (México). También ha publicado en
numerosas revistas electrónicas como Letralia, Las Malas Juntas, Los
Poetas del Cinco, Ciudades Esqueleto y Tenían veinte años y estaban
locos.
REDES
SOCIALES
Twitter:
@Oriettedangelo
Blog:
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Facebook:
https://www.facebook.com/Oriettedangelocannizzaro
Escalpelo
Holding the word scalpels on trembling lips
Stand straight, look me in the eye and say goodbye.
Jigsaw │Marillion
Brindo por el vientre al cual le costó sangrar durante un año
y por la herida de aquel día que todavía me muestra sus huesos
por el estómago que se contrae cada vez que las palabras arden
y por las cicatrices de mis piernas cuando avanzan a destiempo
por el dolor que me da llegar a las luces apagadas de mi casa
y por el vaso de agua que nadie ha recogido de mi cuarto
por todo lo que duele mi cocina
porque casi nunca siento hambre
por mi fecha de expedición extemporánea
por el cordón umbilical que me arranqué a mordiscos
por este útero roído de tanto examen
de tanta condición mujer
de tanta condición hombre
de tanta condición cadáver.
Brindo porque también se puede morir de huracanes
se puede morir de país
/ de cuerpo sano
/ de cuerpo alegre
Se pueden sacrificar todas las cicatrices por ninguna
todos los paisajes por ninguno
ningún temblor por tus temblores
todos mis miedos por ninguno
y aun así me reviento ante el temor del escalpelo
y te sangro.
Subrayo
un título como subrayo un país
Nos
hemos convertido en una pantalla. Adormecidos ante el estruendo de
las piernas. [cobija hueca con noticias de otro mundo]. El muerto que
no nos pertenece y el mandatario obsoleto acusado de corrupción. El
programa en otro idioma y la antena infaltable en cada ventana, en
cada hogar. Nos dicen que aquí vale más el derecho a la
alimentación que el derecho a la vida. Y morimos, pero comemos. En
mi pecho se devoran paraísos, playas, Los Roques, Mercal, La
Tortuga. Subrayo un título como subrayo un país. El tiempo cambia y
nos inventamos las estaciones. Nuestro invierno es una lluviecita y
el verano es El Guri seco. Nos atropella una moto y seguimos. Tengo
una patria de enjambres. ¿Quién nos enseñará a salir de la
pantalla? Quiéreme
y sácame de aquí,
dijo Manolo García, pero nunca lo escuchaste.
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Inédito
Todas
las voces son de agua
Guardo
los artículos que escribes en la prensa. Hablas sobre los hombres
sardina y todas las voces son de agua. Hablo contigo de Breaking
Bad
sin hablar de Breaking
Bad.
Hablas de todo lo que quiero como si lo conocieras. Siento que todo
papel es reincidencia. Que el internet nos aparta aunque sé que
googleas
mi nombre. Hablas de Gokú y de todo lo que odio. Hablas del
nihilismo y de los problemas en el metro. Le temo a las agujas y a
todo lo que pincha. Le temo a tu nombre y a todo el paraíso. Le temo
a tus palabras sobre Nietzsche y a la música de Saiko cuando suena
en Last.fm. Imagino todo lo que eres desde que ya no eres y te
encuentro hablando sobre mi visión del mundo y nuestros labios
tecnicolor. Sé que tecleas como yo tecleo y que mandas artículos a
la prensa mientras yo los guardo. Si esta amistad es un vínculo,
toda mi fragilidad comienza por buscar tu nombre.
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En
caso de incendio, rompa el vidrio
Un
pasado roto no es nada.
Al
final te das cuenta de que nunca estuvo entero del todo.
Manolo
García
Tic-tac
en los dedos. Eres una unidad convencional no permitida. [manecilla
rasgada]. El vacío de un nombre. Pertenencia ausente. Mi pasado
roto.
La caja torácica carcomida por los perros. Designación vagabunda.
Sueño que me quemo en tu regazo. Sueño que el incendio es un amorío
cruel junto a una jauría. Sueño que me salvas mientras me dejas
calcinada, en ese campo crematorio que hiciste cuerpo. En caso de
incendio, rompa el vidrio. En caso de incendio, rompa en llanto.
Muera a tiempo. Busque refugio, que donde hay tres nunca hay nadie
que lo salve.
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Sala de emergencia
Hemos recorrido más que el asfalto. Dejamos pasar los avisos de tránsito que nos advertían
del posible desastre. Nos convertimos en un accidente que dejó estragos, carros destruidos
y cauchos fragmentados. Explosión completa de una desilusión avisada. Te conocí
cometiendo el delito de lanzar una bomba directo al miocardio. No medí los frenos, me
auto mediqué y me provoqué una sobredosis. [No entiendo cómo se desintoxica una herida
queriendo a alguien roto] Aquí estamos, en el eco distante del olvido y en la catástrofe del
metrónomo. Tenemos la cronología completa de los accidentes y el país nos ayuda a
reinventar la historia. Pasamos las venas como pasamos la página, pero no olvidamos, o lo
hacemos sólo cuando no queremos sangrar. He cometido el error de quererme poco y dejar
que otros se den cuenta. Sin embargo, vuelvo sin venganza al accidente que fuiste y lo
convierto en un vendaje para no mostrar el hueso. Coloco mi herida en la candela. Me
revuelco en la miseria que dejaste y la muestro.
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En mi pecho se devoran paraísos
Nos hemos convertido en una Pantalla. Adormecidos ante el estruendo de las piernas. [Una
cobija hueca con noticias de otro mundo. El muerto que no nos pertenece y el Presidente
obsoleto acusado de corrupción. El programa en otro idioma y la antena infaltable en cada
ventana en cada hogar. Nos dicen que aquí vale más el derecho a la alimentación que el
derecho a la vida. Y morimos, pero comemos. En mi pecho se devoran paraísos, las playas,
Los Roques, Mercal, La Tortuga. Subrayo un título como subrayo un país. El tiempo
cambia y nos inventamos las estaciones. Nuestro invierno es una lluviecita y el verano es El
Guri seco. Nos atropella una moto y seguimos. Tengo una patria de enjambres vacíos, pero
la tengo. ¿Quién nos enseña a salir de la pantalla? Quiéreme y sácame de aquí, dijo
Manolo García, pero nunca lo escuchaste.
Uno tiene que devolverse la decencia
dejar de rogar por ladridos ajenos
entender que hay amigos que siguen
otros que no
Revisar fotos viejas:
fórmula segura para sufrir
llorar de hambre
morir de inanición
por tanto cariño fracturado
es reventarse los dientes
con mariposas hechas de barro
portarse bien es no insistir
en lo que duele