No volveré a escribir poesía
XII
No volveré
a escribir poesía,
a ver el
cielo sucio y escribir poesía,
a ver al
hombre solitario y escribir poesía.
A ver mi
cuerpo desnudo y escribir poesía,
a ver al
niño que llora y llora y escribir poesía,
a ver a la
anciana llena de inmundicia hasta las pestañas y escribir poesía.
No volveré
a escribir poesía, no vale la pena
aunque sea sencillo;
aunque
siempre haya creído que todo tiene que ver con poesía.
Un paraguas
abierto no significa poesía,
mi voz chillona no significa poesía,
mis
piernas flacas no significan poesía,
que mi corazón tirite de frío
en invierno
no quiere decir poesía;
nada quiere
decir nada.
Me muerdo la boca,
la lengua,
los labios,
y me baño
en sangre,
y no quiere
decir poesía.
La poesía
no es ningún síntoma,
ni siquiera un dolor,
una piel
transparente,
un músculo
adormecido.
La juventud
no es poesía.
La vejez
tampoco.
El sexo no
es poesía,
la saliva
no es poesía,
el grito
del mar no es poesía,
mis
orgasmos no son poesía,
mis senos
no son poesía.
La ciudad
habitada no es poesía,
la ciudad
fantasma no es poesía.
¿Quién podría decirme qué es poesía
sin decir la estupidez de Bécquer?
sin decir la estupidez de Bécquer?
©Por Karen Valladares
Tomado del poemario Maldita poesía
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