Lo que yo no quiero es esto.
No quiero
decir poesía.
saborear la luz pálida de este día.
No quiero
desnudarme y verme al espejo sin
preocupación alguna.
No quiero
lanzarme como kamikaze a la muchedumbre que tanto aborrezco y volverme una fascista o un nazi.
No. Lo
que yo quiero no es eso, ni esto que en este momento estoy pensando.¡ Como me
abruma el pensamiento!. Que batalla la que provoca.
No, esto
no es lo que quiero. Ver la casa sucia,
los niños
llorando, mi marido implorándome que no me
vaya; y yo largándome como si en
verdad nada me importara.
Pero resulta que es todo lo contrario.
Que todo
me importa, que todo me duele,
juro en
verdad que mi amor es el hombre que duerme a diario a mi lado.
Juro en verdad que mis hijos son Alexandre y
Madelaine;
y que no
le temo a la oscuridad ni a las puertas entreabiertas, menos a los fantasmas o
quedarme eternamente sola.
No, en
verdad juro que eso no es lo que quiero.
Lo que yo
quiero no es decir poesía,
decir
poesía es una mierda.
Es el
cuerpo podrido,
es el llanto
amanecido del recién nacido
es
aquella muñeca rota olvidada en una esquina.
Es mi
rodilla, también rota.
Es mi
vientre con 30 puntadas
es el
grito doloroso del parto.
es la
bilis que vomité cuando di a luz.
es tantas
cosas que no recuerdo.
Lo que yo
no quiero es decir poesía, lo juro por Dios
que esa
será la ultima palabra que yo diga.
Poema tomado del libro: Maldita poesìa
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