III. La resistencia: entre el movimiento político y el movimiento social
El movimiento social heterogéneo, diverso y nacional que se conoce como resistencia surge como una respuesta espontánea de la población Hondureña ante el golpe de Estado de junio de 2009, formado por organizaciones campesinas, sindicales, de mujeres, ambientalistas, LGTB, artistas, intelectuales, ONG, feministas en todo el país, eventualmente organizándose en un Frente Nacional de Resistencia Popular que exigía la restitución de Manuel Zelaya Rosales y la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente.
A partir del proceso electoral en el que es electo Lobo Sosa, la resistencia replantea sus objetivos del corto al largo plazo, y empieza un proceso de organización comunitaria en municipios, departamentos y ciudades del país (barrios y colonias) con miras a canalizar su fortaleza movilizadora y de convocatoria hacia una estructura nacional que, a mediano y largo plazo, sea capaz de retar el predominio del bipartidismo en la vida política electoral del país, pasando por la oferta de un proceso de transformación y re fundación nacional (La Constituyente) y manteniendo una política de respeto a la diversidad y homogeneidad de sus miembros.
El frente se define políticamente como “una organización amplia de lucha política y social, anticapitalista, anti neoliberal, anti oligárquica, anti imperialista, anti patriarcal, anti racista que busca las transformación de las estructuras sociales, políticas, económicas …” y que en él están representados “… pobladores, campesinado, obreros, micro, pequeños y medianos empresarios, movimientos ambientalistas, fuerzas políticas progresistas y democráticas, el magisterio, profesionales, artistas….”1.
Es importante recordar que hablamos de dos fenómenos diferentes: la resistencia nacional se refiere a un movimiento social espontáneo, novedoso, enormemente heterogéneo y que parte de la identidad colectiva de encontrarse “en resistencia frente al golpismo”.
El Frente Nacional de Resistencia por otro lado, se refiere a la articulación de organizaciones que se vinculan políticamente bajo una sola estructura organizativa, con objetivos políticos y de transformación nacional que se comparten con la resistencia como movimiento social, pero que no la abarcan, ni dirigen, ni manejan, ni controlan (y probablemente no les interesa controlar) en su totalidad.
Ni toda la resistencia está representada en el Frente Nacional, ni el Frente Nacional asume el liderazgo de toda la resistencia como movimiento social.
El contexto actual se encuentra marcado por el esfuerzo organizativo del Frente Nacional de Resistencia, que culminaría con la elección de un Comité Ejecutivo Nacional provisional, producto en teoría de la elección democrática de candidatas/os desde los diferentes municipios y departamentos del país.
Comité ejecutivo provisional del Frente Nacional de Resistencia
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Manuel Zelaya Rosales, Coordinador general
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Juan Barahona -Tegucigalpa
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Carlos H. Reyes -Tegucigalpa
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Will Paz- Colón
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Leonel Amaya- Olancho
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Lucía Granados- San Pedro Sula
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Lilí Aguilar-Lempira
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María Antonia Martínez -Feministas en Resistencia
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Porfirio Amador- Choluteca
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Jaime Rodríguez- FOMH
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Juan Chinchilla- Juventud Bajo Aguán
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Víctor Petit-Comayagua
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Teresa Reyes- Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh)
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José Luis Baquedano- Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH)
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Edgardo Casaña- FOMH
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Y un cupo para un indígena Lenca.
La integración de la dirección del Frente se vio marcada por fuertes enfrentamientos políticos entre diversas tendencias que podemos agrupar en dos conflictos fundamentales:
1. La coordinadora liberal de los “liberales en resistencia” contra el resto de organizaciones sociales que forman el frente y,
2. Los conflictos en el seno de las organizaciones sociales por el otro, reflejando a menudo las posturas de diferentes tendencias de la izquierda nacional.
Así, la asamblea constituyente de la dirección provisional del FNRP se realiza en medio de múltiples reportes de irrespeto a los mecanismos establecidos previamente para realizar la elección. En palabras de un participante: “la asamblea realizada en Tocoa, departamento de Colon esta ensombrecida por la falta previamente de una verdadera práctica democrática y participativa. Lo decimos porque los delegados por departamento no surgieron de asambleas populares de resistencia. No se consulto antes ni fue sometido a debate la escogencia de los delegados que fueron en nombre de estos departamentos a este importante evento”.
La fábula del escorpión y el sapo o “Lo siento, es mi naturaleza”
“Un alacrán quería cruzar el río sin saber cómo para no ser arrastrado por este y morir ahogado. Vio pasar a un sapo dorado y le preguntó si podía ayudarlo a cruzar el río, a lo que este respondió que no porque lo mataría. El alacrán le dijo que no lo haría,cómo mataría a quien le prestó ayuda El sapo se resistía todavía. Pero el alacrán le insistió con que podría morir él si lo hacía al cruzar el río. Así le dijo, convenciéndolo. Entonces el alacrán se le arrimo a la espalda y empezaron a cruzar el río y iban a la mitad, el alacrán le ensartó su aguijón. El sapo, moribundo, le dijo: -¿Cómo pudiste haberme hecho esto, cuando tu prometiste no hacerlo? No ves que moriremos ambos? A lo que el alacrán le respondió: -Lo siento, es mi naturaleza.”
Particularmente agravante fue para el FNRP el intento de la coordinadora liberal dirigida por Carlos Reina y Rassel Tomé por nombrar en el último momento a por lo menos 30 delegados extraordinarios en la asamblea (subiendo el número de asambleístas de 65 a 95) para validar decenas de acreditaciones emitidas a mano por Carlos Reina una noche antes de realizarse la asamblea, y todas ellas para miembros del partido liberal. Al fracasar el intento, los liberales en resistencia deciden retirarse de la asamblea, en lo que en la práctica se traduce como la primera gran división de la resistencia hondureña.
“La decisión fue comunicada a la asamblea de delegados/as del FNRP por Carlos Eduardo Reina y Rassel Tomé… en este momento no vemos condiciones para la integración de una coordinación representativa del Frente, por eso nos retiramos de manera temporal de esa instancia, mientras encontramos nuevos caminos y plataformas de integración real de todos los sectores en el Frente”2
La división subraya las dificultades organizativas de un movimiento social al que pertenecen estructuras de partido. Mientras los movimientos sociales tienen una lógica de organización de base y de formación de líderes, los partidos políticos tienen una lógica y una dinámica electoral, lo que necesariamente provocaría conflictos al interior del frente. Más aún, la intentona de manipulación de la asamblea del frente revela con claridad la existencia de liderazgos acostumbrados a la manipulación, al engaño y a la falta de escrúpulos, y pone en cuestión la identidad del frente ante la continua participación de dichos sectores.
La renuncia “temporal” de la coordinadora liberal no se trata sin embargo de la única expresión de inconformidad. Ya uno de los movimientos más fuertes dentro de la resistencia en términos de su participación y legitimidad, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras -Copinh- había emitido sendo comunicado público antes de la asamblea nacional anunciando su decisión de abstenerse a participar en la misma:
“…A pesar que se acordó, en su momento, dilucidar y acercar a los actores y sectores, para determinar la fórmula y la representación de los departamentos mencionados, el mecanismo no llegó y menos el acuerdo… es imprescindible que el FNRP haga público el mecanismo que se decidió para la elección de la representación nacional… discutir si tal mecanismo es democrático, ampliamente participativo y absolutamente inclusivo… y si obedece a las reglas del juego que personalizan representaciones, invisibilizan sectores y excluyen organizaciones” agregando que “No será posible refundar un país, sino replanteamos los esquemas y formas de hacer política viciada, así como ciertas dinámicas antidemocráticas”3.
El comunicado del COPINH es claro: sin renunciar a la apuesta política organizativa que encarna el Frente, señala que en el seno del mismo persisten prácticas totalitarias, verticalistas y tradicionales en el sentido, negativo, que tiene decir “política tradicional de Honduras”.
La elección de Manuel Zelaya Rosales como coordinador general del frente, por otro lado, nos coloca a aquellas/os que cuestionamos fuertemente su gobierno y su papel (aunque reconozcamos sus acciones positivas) en una fuerte encrucijada: cómo continuar apoyando a un movimiento político que hasta ahora podía llamarse sin pestañear “no zelayista”?
Parte de la respuesta es hacer en este momento una lectura política de la decisión, tomada por las y los asambleístas de elegir al ex presidente Manuel Zelaya Rosales como coordinador general del frente nacional de resistencia: la retirada de la coordinadora liberal implica una profunda división y la pérdida tanto de recursos humanos y materiales como de experiencia organizativa y capacidad de convocatoria para el frente.
Como hemos señalado antes, sin embargo, las “lealtades” de la población que se autocalifica como liberal en resistencia son múltiples: a su partido, a los líderes de su tendencia (Carlos Reina, Rassel Tomé y otros), a la resistencia y, en particular, a la figura de un ex presidente liberal derrocado a través de un golpe de Estado en Zelaya Rosales.
Si ante la decisión de la coordinadora liberal de retirarse del frente se corría el riesgo de perder una parte fundamental de la fuerza política de la resistencia, la decisión de nombrar a Zelaya Rosales como coordinador invita a la resistencia liberal la reincorporación al Frente, ya no como “coordinadora” a través de sus líderes, sino como seguidores del depuesto ex presidente.
Este tipo de decisiones políticas de la coordinación del Frente Nacional de Resistencia demuestran un enorme grado de pragmatismo como fuerza política, a pesar de encontrarse en la génesis de su proceso organizativo. Este mismo pragmatismo le permite solventar -o cuando menos postergar- las diferencias alrededor de la elección de la dirección nacional y continuar presentando un rostro y una práctica unificada, y por lo tanto continuar siendo una posible alternativa política viable para la población del país.
Mientras tanto continúan los procesos de formación y capacitación política con énfasis en las y los jóvenes, procesos de organización vecinal, comunal, regional con miras a constituir al Frente Nacional como una organización política, de protesta y reacción en el corto plazo, electoral en el mediano y largo plazo.
El que el FNRP haya logrado conseguir más de un millón de firmas en favor de la constituyente y por el retorno de Zelaya al país demuestra, claramente, que se trata de una fuerza política y social sin precedentes en la historia de Honduras.
Para lograrlo sin embargo debe enfrentar una serie de dificultades, tanto en sus prácticas políticas como en su capacidad de proponer alternativas reales de cambio a la población.
Por primera vez en la historia reciente de Honduras existe una posibilidad organizativa real, tanto en términos sociales (la resistencia como movimiento heterogéneo) como políticos y político-electorales (el FNRP como organización articuladora) para retar la hegemonía en el poder de los bloques dominantes a través de los partidos políticos tradicionales. Mientras tanto, la resistencia plantea ya sus principales demandas políticas y sociales.
En la coyuntura actual, la resistencia se expresa como la única oposición al gobierno de Lobo Sosa. Un ejemplo de las nuevas arenas políticas en las que se refleja el conflicto es en el nombramiento de sendas “comisiones de la verdad” paralelas.
El gobierno forma una comisión de la verdad que busca presentar un nivel de cumplimiento de acuerdos con la comunidad internacional que permitan su reconocimiento, coordinada por el ex vicepresidente guatemalteco Eduardo Stein e integrada por el diplomático canadiense Michael Kergin y la ex magistrada peruana María Amadilia Zavala Valladares. La contraparte local la conforman la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Julietta Castellanos, el ex rector Jorge Omar Casco, y su secretario técnico Sergio Membreño.
Con gran agilidad, la resistencia apoya la formación de una Comisión de Verdad impulsada por la Plataforma de Derechos Humanos (formada por las organizaciones de derechos humanos COFADEH, CODEH, CIPRODEH, CPTRT) e integrada por Nora Cortiñas, de Argentina; Luis Carlos Nieto, de España; el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, Argentina; Mirna Perla, de El Salvador; Craig Scott, de Canadá; Elsie Monge, de Ecuador; Francois Houtart, de Bélgica; Francisco Aguilar, de Costa Rica, y los hondureños Helen Umaña y Fausto Milla.
La comisión de la verdad “resistente” ha encontrado inmediato reconocimiento nacional e internacional, eclipsando de manera casi absoluta a la formada por el gobierno de Lobo, y mostrando la legitimidad y capacidad de convocatoria que la resistencia mantiene en Honduras y con la comunidad internacional.
Se expresan las diferencias más profundas en las alternativas de país propuestas desde el gobierno y desde la resistencia. Por un lado, el gobierno de Lobo apuesta a la “Visión y plan de país”4, mientras la resistencia en el otro extremo impulsa la refundación de Honduras a través de una Asamblea Nacional Constituyente. Una diferencia fundamental es que el bloque hegemónico ya tiene articulada su propuesta, mientras que la resistencia continúa trabajando en la propuesta de Constituyente y por lo tanto en su visión estratégica de nación.
IV. Profundización de la inseguridad y la violencia común y política
Mientras tanto, en Honduras se experimenta un incremento de la inseguridad ciudadana (delitos comunes, violencias en sus distintas formas) y de la violencia política expresada en múltiples violaciones a los Derechos Humanos. De acuerdo al Observatorio de la violencia (PNUD-UNAH) la tendencia de crímenes violentos continúa aumentando en Honduras en el 2010 en comparación a los 5 años anteriores5.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su más reciente informe especial para Honduras (mayo, 2010) señala que continúa en el país la impunidad por las violaciones a los derechos humanos, incluyendo los casos de 8 comunicadores sociales asesinados durante el presente año. 6
En el actual contexto además aumenta la violencia contra las mujeres, niñas y niños y adolescentes. Niño/as y jóvenes son las principales víctimas de la violencia en Hondura, la investigación de las muertes violentas de menores ya había sufrido un retroceso institucional importante durante el gobierno de Manuel Zelaya Rosales, en el que se ordenó el cierre de la oficina de investigación de muertes de menores de la dirección general de investigación criminal. Esto implica un aumento de la vulnerabilidad de niñas/os y jóvenes durante los gobiernos producto del golpe de Estado. Como reporta Casa Alianza (2010)7:
“En los meses de marzo y abril 2010 se contaron 115 muertes violentas de personas menores de 23 años, de las cuales 30 (26%) eran adolescentes menores de 18 años… Durante el gobierno de Lobo han muerto 157 menores de 23 años, 40 al mes… desde 1998 hasta 2010 hemos ha registrado 5380 muertes violentas y con características de ejecución. De ese total el 31% (1677) eran niños/as y adolescentes de acuerdo a la legislación hondureña”
- 34% ocurrieron en Francisco Morazán, 24% en la ciudad de Tegucigalpa.
- 57% ocurrieron en Cortes, 41% en la ciudad de San Pedro Sula.
- 84% (97n asesinatos) hombres, 20% (18) mujeres.
- 62% de las víctimas se encontraban entre los 18 y 20 años.
- 94% de los asesinatos son cometidos con armas de fuego.
- 89% de los casos se desconocen los responsables.”
Los registros de Casa Alianza Honduras de las muertes violentas y/o ejecuciones de niños, niñas y jóvenes en el país durante las diferentes administraciones de gobierno, revelan que, desde Enero de 1998 a Febrero 2010, un total de 5265 de niños, niñas y jóvenes menores de 23 años, han sido asesinados, teniendo muchas de estas muertes características y patrones de ejecuciones sistemáticas al margen de la ley.
Durante la administración del ex presidente Zelaya Rosales Febrero 2006 a 28 de Junio 2009 y el periodo de 6 meses del régimen Micheletti Bain (29 de Junio 2009 al 27 Enero 2010) el saldo de las estadísticas de muertes violentas y/o ejecuciones fue dramático, se suscitaron un total de 2228 asesinatos de niños, niñas y jóvenes menores de 23 años, cifra que supero en 252 muertes al anterior periodo de gobierno del ex presidente Ricardo Maduro que cerró su administración con un registro de 1976 asesinatos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes menores de 23 años.
Durante el mes de febrero 2010 bajo la actual administración del Presidente Porfirio Lobo Sosa ocurrieron un total de 42 asesinatos de personas menores de 23 años, de los cuales 16 víctimas (38%) eran menores de 18 años (niño y niñas de acuerdo a nuestra legislación y la Convención de derechos de la niñez).
Otro grupo fuertemente golpeado es la comunidad LGTB: En su informe “No Vales Ni Un Centavo”, investigación elaborada en un periodo de cinco años del año 2004 a marzo del 2009 el Centro de Derechos de Mujeres reportó 17 transasesinatos, (asesinatos de mujeres trans), durante cuatro meses del golpe de estado,habían sido asesinado 19 personas de la comunidad LGTB, trece mujeres trans (trans femicidios) y seis hombres gays.8
La situación de seguridad en Honduras empeora ante la remilitarización de la policía y la politización del ministerio público, instancias que dejan de jugar un papel de garantes de derechos para convertirse en ejecutores de políticas de gobierno producto del golpe de Estado y con una clara orientación hacia la persecución de la disidencia política en lugar de ofrecer una política humana e integral de seguridad.
1 www.resistenciahonduras.net/index.php
2 http://www.4shared.com/audio/9copaWa7/Rassel_Tom_discurso_de_retirad.html
3COPINH, comunicado 10 julio 2010
4Ver http://sergiobahr.wordpress.com/ para un análisis crítico de dicha ley.
5Aunque no se han publicado los datos para el primer semestre del 2010 todavía, los informes del Observatorio de la Violencia han mostrado una clara tendencia al aumento de los asesinatos y agresiones.
- 6Observaciones preliminares de la comisión interamericana de derechos humanos sobre su visita a Honduras realizada del 15 al 18 de mayo de 2010 03 junio 2010. CIDH, Mayo 2010.
- 7Análisis de las ejecuciones arbitrarias y/o muertes violentas de n iños, niñas y jóvenes en Honduras. Marzo y abril 2010. Casa Alianza, Coalición Centroamericana para la Prevención de la Violencia Juvenil. Tegucigalpa, Honduras, Mayo 2010
- 8“No vales ni un centavo” análisis de los asesinatos de LGTB en Honduras. Centro de Derechos de Mujeres, Tegucigalpa, Honduras 2010.
Tomado de
http://sergiobahr.wordpress.com/2010/09/03/apuntes-para-el-analisis-de-coyuntura-politico-2/
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