martes, 2 de marzo de 2010

Jorge Volpi: "La novela es una forma de explorar el mundo"

Jorge Volpi
Por Anna Solana y Mercedes Serna


Escritor mexicano, forma parte de la llamada "generación del crack", junto con escritores como Ignacio Padilla. Nacido en 1968 en la ciudad de México, estudió Derecho y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México y Filología Hispánica en la Universidad de Salamanca. Es en dicha ciudad donde hemos podido conversar con él aprovechando la celebración del XXXII Congreso del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana. Jorge Volpi habla de su pasión por la escritura, por la ciencia, que es el tema fundamental de su último libro, En busca de Klingsor, con el que ganó el Premio Biblioteca Breve, en 1999. En la última Feria de Frankfurt, Volpi fue el escritor más solicitado en lengua española. Pese a su juventud, Volpi es autor de las novelas A pesar del oscuro silencio (1992), Días de ira (1994), La paz de los sepulcros (1995), El temperamento melancólico (1996), Sanar tu piel amarga (1997), y del ensayo La imaginación y el poder. Una historia intelectual de 1968 (1998)




BB - ¿Escribiste tu último libro En busca de Klingsor en Salamanca?
JV - La investigación la realicé en México durante dos años y la redacción fue en Salamanca y duró cerca de tres años.
BB - ¿Fuiste a Alemania para documentarte?
JV - En verano recorrí con un mapa los lugares que aparecen en la novela
BB - ¿Cómo te surgió la idea?
JV - Desde niño me gustaban los programas de divulgación científica y quería ser científico físico. Tuve pésimos profesores en la escuela, en secundaria y en COU y decidí estudiar humanidades, pero siempre lamenté haber dejado la ciencia. Estudié Derecho y Letras.
BB - ¿Cómo adquiriste seguridad en el tema científico para escribir tu novela?
JV - No tengo absoluta seguridad científica. Leí mucha divulgación científica, ensayos y he mantenido conversaciones con algún amigo físico que tengo en Salamanca. Mi lema era que el lector, sin haber estudiado física, pudiera comprender las ideas elementales. Conforme han aparecido nuevas ediciones he recibido nuevas lecturas y comentarios de científicos señalando errores que he ido subsanando. La última edición incorpora los cambios.
BB - ¿No habría ningún error de bulto?
JV - Había una errata en la primera edición importante que ya está corregida.
BB - ¿A quien crees que gusta más la novela a humanistas o a científicos?
JV - Poco a poco he ido conociendo científicos que han leído la novela. En la comunidad científica de México (en España he tenido menos contacto) ha provocado reacciones siempre muy apasionadas y diversas. Algunos contentísimos, otros furiosos del tratamiento dado a lo científico. Reacciones muy diversas que me gustan en el sentido que mi novela no ha dejado indiferentes a los científicos. Creo que los lectores comunes son los que más han disfrutado la novela, más que científicos o humanistas.
BB - ¿Por qué has elegido la época nazi?
JV - Al principio de mi investigación no sabía en qué época iba a ocurrir la novela. Luego vi que había una época muy rica en investigación científica, un periodo de la ciencia fabuloso que era la física cuántica cuando el azar se convierte en parte del instrumento conceptual de la ciencia y que coincidía con un momento particularmente incierto y fascinante de la historia del siglo XX, primera y segunda Guerra Mundial y el régimen nazi. Al ver esta coincidencia un buen día me di cuenta de que era muy novelable y que te permitía hablar sobre los temas de ciencia que quería involucrando además cuestiones sobre el poder y sobre el mal.
BB - ¿Crees como Borges que toda la metafísica es una rama de la literatura fantástica?
JV - Borges está muy detrás de los temas de mi novela. Siempre me ha fascinado él y su idea de convertir la filosofía, la ciencia o el psicoanálisis en una rama de la literatura fantástica.
BB - ¿De toda tu producción literaria, esta novela para ti representa un salto cualitativo?
JV - Yo creo que sí, que marca una evolución. Creo que es un camino y esta es la novela que más me gusta, la que mejor reúne algunas de las cosas que me interesan. En las anteriores había muchos pasos que apuntaban a esta novela como el camino de búsqueda.
BB - ¿Crees que te quedan muchas cosas por explicar?
JV - Me quedan más que cosas por explicar, cosas por entender. Para mí la novela es una forma de explorar el mundo, partes de la condición humana que son secretas y que quiero, deseo, poder explicar. Es un camino de búsqueda.
BB - ¿Te consideras más lector que escritor?
JV - Me siento más investigador que escritor. La novela forma una parte de investigación de la realidad.
BB - ¿Crees en un compromiso en la literatura?
JV - Sí y no. Es una pregunta complicada. Tengo una postura ética. La propia novela En busca de Klingsor es una reflexión ética sobre muchos puntos de la ciencia y creo que esos mismos se pueden aplicar, al mismo tiempo, al quehacer literario. Para mí existe ese compromiso ético con la novela entendida como una investigación personal que trata de encontrar algunas soluciones y ofrecerlas a los lectores de investigar a través de la ficción que esa es la naturaleza esencial de la novela. No quiero decir con ello que la novela tenga que investigar grandes temas. Uno puede investigar simplemente la mente o el corazón humano a través de una novela y eso sería suficiente, pero creo que hay muchas otras novelas que no lo buscan y eso es cuando creo que el compromiso del escritor con la literatura se pierde en aras de muchas otras cosas que rodean a la literatura.
BB - Te sientes identificado como individuo y como grupo con la que se ha llamado "generación del crack" como una forma de diferenciaros de la también etiqueta del "boom"? Tomáis una posición social, estética, política, como grupo literario?
JV - Aparte de la amistad, sólo nos une la estética. Las posiciones políticas de cada uno son muy distintas: desde quién se siente muy cercano al centro derecha católico, que no soy yo, hasta el que se siente más cercano a la izquierda o al partido del poder. Para algunos escritores el compromiso con la sociedad y la crítica del poder es parte del quehacer del escritor y a mí me parece importante y trato de serlo en el caso mexicano.
BB - ¿Ha sido objeto de crítica por algunos sectores el que tu novela transcurra en Europa y no parezca tener nada que ver con tu país o con América Latina?
JV - Esta batalla entre lo nacional y lo universal comenzó con la conquista de América Latina y persiste hoy en día. Ha habido críticos mexicanos que han dicho: "ya no consideramos a Volpi y a Padilla escritores mexicanos porque no escriben sobre México". Un escritor debería poder escribir sobre lo que quisiera sin que ello tuviera que llamar la atención de una manera tan importante. Yo desde luego que me siento mexicano y mis puntos de vista son mexicanos a pesar de que en mi novela no haya una sola referencia a México. La novela, aunque trata de responder a algunas tradiciones literarias, está enmarcada dentro de la tradición de la novela mexicana pero esto no debiera ser motivo de una polémica que me parecía acabada entre lo nacional y lo universal y que parece que está renaciendo no sólo en México sino también en los EEUU. En España muchos de los elogios y críticas han sido al respecto de este tema, es decir, un mexicano escribiendo una novela universal. Todo esto no es más que una simplificación. Como si el tema determinara la calidad de la obra. Entiendo que todo esto ha ocurrido porque dos novelas muy cercanas han obtenido un reconocimiento y ninguna de las dos sucede en México. Y nadie tiene porqué saber que las otras 5 novelas que he escrito anteriormente ocurren en México, o que le dediqué un ensayo al 78 mexicano, y que México es parte central de mis preocupaciones, pero no de esta novela. En esta historia que quería contar hubiera sido inverosímil incorporar un personaje mexicano.
BB - ¿Te ha abrumado todo esto que ha pasado después del premio?
JV - Bueno, claro, me abruma en ciertos momentos. Antes estaba más acostumbrado a disponer de mi tiempo de otra manera. El tiempo de vida en Salamanca era tranquilo, yo podía escribir y tardarme lo que fuera. Ahora no, ahora tengo que estar un poco robando el tiempo para poder escribir, escapando a los compromisos o asistiendo a ellos.
BB - ¿Sientes presiones de alguna editorial?
JV - No porque afortunadamente he encontrado a un editor que sólo le interesa la literatura.
BB - ¿Por qué has asistido a este congreso de literatura iberoamericana que se celebra en Salamanca?
JV - Yo tenía muchas ganas de venir al congreso por volver a Salamanca, porque el tema me gusta, porque quien lo organiza es mi directora de tesis. Tengo una relación muy cercana con la ciudad. Yo hubiera estado aquí aún sin recibir el premio.
BB - ¿Cuál es el tema de tu tesis?
JV - Trata sobre los intelectuales mexicanos y el movimiento zapatista.
BB - ¿Vas a menudo a Congresos?
JV - A congresos académicos no he ido mucho. Conferencias en Universidades lo he hecho bastante. Me gusta mucho dar clases. De la parte de la academia lo que me gusta es dar clases, me encanta. He impartido docencia en México y luego en EEUU. Lo prefiero a la vida académica y a la crítica literaria.
BB - ¿Te da la impresión de que a la gente le aprovecha este tipo de actividades culturales?
JV - Bueno, viene todo tipo de gente, algunos a lucirse, otros a hacer relaciones sociales, por turismo académico, para oír ciertas cosas, etc.
BB - ¿Cuáles son tus escritores preferidos?
JV - Dostoievski, Thomas Mann.
BB - ¿Y en el ámbito hispanoamericano?
JV - Particularmente tres escritores: Salvador Elizondo, Juan García Ponce y Sergio Pitol. Por supuesto también Carlos Fuentes, Vargas Llosa, los escritores del "Boom", Borges, etc.
BB - ¿Tú crees que ellos han vivido la presión de tener que seguir con los cánones de lo que era el realismo mágico?
JV - El realismo mágico fue la gran innovación de la literatura hispanoamericana. Pero eso ha provocado que una gran cantidad de escritores crean que es un modelo reconocido y únicamente se dedican a repetirlo y a variarlo y a llevarlo a un manierismo pernicioso. Hay, además, un público que trata de seguirlo.
BB - ¿Qué opinas sobre el ensayo de Varanini?
JV - Varanini llega a atacar directamente a Gabriel García Márquez y a mí me parece García Márquez absolutamente congruente en toda su trayectoria. Por otro lado ni Fuentes ni Vargas Llosa escriben realismo mágico ni lo han escrito nunca.
BB - Crees que México aún es, como señaló Octavio Paz, "laberinto de soledades"?
JV - El modelo de Octavio Paz en alguna medida sigue siendo vigente aunque haría falta una reactualización porque él hablaba de los años cincuenta y han pasado otros tantos. México ha ido cambiando, pese a que algunas estructuras o esencias permanecen como la pirámide del poder vertical o el carácter del mexicano que nunca es directo, siempre cortés, pero hay una evolución política y social que precisa de nuevos análisis.
BB - ¿Qué planes tienes de futuro?
JV - Mi idea es pasar los siguientes cinco meses en México impartiendo clases y luego dirigirme a Barcelona.
BB - ¿Qué opinas de la literatura feminista?
JV - Es un tema complicado. Yo como lector me da igual que lo que leo esté escrito por un hombre, por una mujer, por un gay o heterosexual en tanto sea bueno. A la hora de hacer sociología de la literatura entonces sí hay que ver si las mujeres no han estado más condicionadas o sí lo han tenido más difícil, etc. Pero todo esto es sociología de la literatura, no literatura.
BB - ¿Has escrito alguna vez poesía?
JV - No, nunca he escrito poesía. Quizás es el género que más me gusta y leo mucha poesía. Pero nunca he escrito poesía.
BB - ¿Tienes alguna idea para la nueva novela?
JV - Sí, básicamente ya la tengo estructurada. Espero irme a México para empezar a escribir.
Volpi se resiste a hablar del argumento de su próximo libro alegando razones de superstición. Pero sí confiesa que tiene el proyecto de vivir una parte del año en curso en México para escribir e impartir clases y a comienzos del 2001 trasladarse a Barcelona. Barcelona parece que sigue siendo "ciudad musa" pues cuenta con una larga tradición de escritores hispanoamericanos que se han inspirado y han vivido en dicha ciudad. La sombra de Carlos Barral es alargadNota tomada de :http://www.babab.com/no04/jorge_volpi.htm

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