Imágen: El grito de Edvard Munch
Tengo todo el día, para decirte lo que pienso.
Para decirte que este día me viene sobrando
Para decirte que no me estremece la mañana azul
o la tarde opaca, o los pájaros que se estrellan en
nuestra ventana.
Todo eso me suena cursi, apestoso.
Sin
importancia.
No me importa
el oleaje de las cortinas,
el sol que estalla como ampolla sobre nuestra ciudad
el bullicio de los niños correteando en las afuera de
la casa.
Aseguro que nada de eso, hoy me importa.
Tengo todo el día para decirte lo que pienso
Para decirte que me estorban las palabras.
Y por eso grito,
y por eso
lloro,
y por eso me
rio a carcajadas.
Me burlo de
las cosas,
me burlo de todo
de vos, de ellos
de nosotros
de mí.
Tengo todo el santisímo día
Para decirte lo que pienso
Para gritarte en tu cara
Tus verdades,
Pero esto, esto que siento
no ocupo pensarlo todo el día
ni esperar la noche
o la madrugada
o que llegue navidad
o el invierno.
No, no importa la hora,
ni el tiempo
para decirte que te extraño todo el día.
Y también toda, toda la noche.
®Karen Valladares, Del libro: Maldita poesía.
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