No hay confesión
No puedo
decir nada.
Me tiembla la
voz,
las palabras
salen mordisqueadas.
Las manos las
tengo hechas un nudo.
Y mi corazón
es una locomotora en mal estado.
No puedo
decir nada,
aun no llega
la hora de confesarme
No puedo
decir nada
no puedo
decir que veía fantasmas
que mi amigo
imaginario se llamaba……
No, no puedo
darles el nombre
El todavía
vive en los recuerdos tristes de mi infancia.
No, no me hagan hablar que todavía no es el
momento.
No, no puedo
confesarles mi secreto.
Es muy mío,
no, no, tampoco es mío.
Nada le
pertenece a mi voz.
El lápiz
tiembla,
mi voz
tiembla.
Deseo verme
al espejo,
Pero mi
sombra tirita.
Acá no hay
frio
Y por qué
tiemblo, entonces.
Rezo, y se me
estremece el pecho
y se me
oprimen los parpados.
Tengo miedo,
Juro que
tengo miedo
De que mis
palabras enmudezcan para siempre.
©Karen Valladares, tomado del libro: Maldita poesía, editorial Grado cero.
1 comentario:
Karen Valladares, la poeta hondureña que siempre me sorprende...
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