El Fuego
La poesía, león azulado,
sale a cazar estrellas.
El cielo duerme, cubierto de cadenas,
cierra los ojos para morir.
Las estrellas no aluzan el lindero,
por donde el leñador regresaba al hogar.
El lago ya no ofrece el alimento de los astros,
la chispeante leche del firmamento.
¿Dónde está aquel antiguo deslumbramiento?
¿No hay fuego ya en el pecho de los hombres?
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