Fotografìa: Karen Valladares
Intenté suicidarme.
Sigo viva por todas mis desgracias,
anotando los restos de mis días en una libreta polvosa.
La vida para mí sólo era un juego de niños,
un ir y venir sin propósito.
He saboreado la nada, aprendí a contemplarme,
a desvanecerme, a sentir pudrirse la soledad.
A verme inútil todas las veces que quise,
a no tener fe en nada,
a odiar los aguaceros
y el bullicio del sol.
Odié por completo el griterío de los niños en los recreos,
la pulcritud de los hospitales, los parques
y las calles completamente habitadas.
Consumí la locura en todos mis tiempos,
absorbí lo que no le quedaba.
Ahora mi nombre quizá sea locura.
Intenté suicidarme.
La muerte lanzó los dados y no tuve suerte.
Sigo viva,
viva,
viva.
Tomado del libro: Ninguna tarde azul
Fotografìa: Karen Valladares
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